No es fácil...
Hola amigos,
¿Qué tal os ha ido en el puente de Mayo? Supongo que disfrutando del buen tiempo y del descanso.
Por aquí continuamos intentando responder a la realidad, que no nos deja un momento de descanso.
La celebración de la Semana Santa estuvo marcada por el dolor y la cruz. El miércoles de santo amanecimos con la noticia de la muerte en el hospital de una niña especial de cinco años (con problemas de retraso) que estaba ingresada por infección pulmonar, dificultades respiratorias, desnutrición y que además sufrió de abuso sexual. Esta ha sido solo la punta del iceberg de muchas de las situaciones de desarraigo social, injusticias, abusos... La madre me ha sorprendido desde el primer momento por su serenidad y el deseo de justicia. Es una lucha de David contra Goliat. Ellos son extranjeros, sin papeles, con dificultades de movimiento, sin domicilio ni ingresos.
Por desgracia, este no ha sido el único caso de abuso en estos días, desde entonces ha habido otros casos, muy tristes.
En fin, además de toda esta crónica, la semana después de Semana Santa tuvimos encuentro diocesano de pastoral en San Pablo de Olivenza. Era la primera vez que yo viajaba a ese municipio, aunque no pude disfrutar mucho del encuentro ni de la visita a la ciudad porque me agarré tuve infección del oído derecho que se agravó con el viaje y acabé tomando amoxicilina y paracetamol por la fiebre. Lo malo es que no fue suficiente y después de los siete días de tratamiento, seguía sin oír nada por él, así que me tocó ir al médico en Leticia, y descubrir que en toda la región no tenemos un otorrino, pero Isa ya ha confirmado que el tratamiento que me dio es acertado y solo me queda esperar a que baje la inflamación y recupere la audición. Es un poco incómodo y cansado, pero por lo demás estoy bien.
En estos días, además del refuerzo, con el que seguimos sin desfallecer y disfrutando, aunque como es normal, se va reduciendo el número porque la constancia no es fácil aquí. Yo no me quejo, creo que un grupo de diez, doce es estupendo para trabajar, especialmente cuando necesitan una atención casi particular.
También hemos puesto en marcha la Cáritas de la parroquia. Hemos tenido dos encuentros y reconozco que las situaciones que nos encontramos nos han ayudado a unirnos y ponernos en marcha. Lo malo es que el grupo que debería organizar y animar, brilla por su ausencia y, de momento, está recayendo en mis espaldas.
Otra de las actividades a las que me estoy acercando es a la pastoral de la crianza. La idea es acompañar a las líderes y hacer de puente con las familias indígenas. Una vez que la conexión esté establecida y la confianza en marcha, pasaría a otras familias con otras líderes. Es una situación compleja porque el acercamiento es diferente, respetando la cultura y algunas prácticas, en fin, ya sabéis. De momento no hay líderes para acompañar estas familias, pero mientras, yo necesito aprender cómo funciona esa pastoral, las prácticas habituales y demás, para pensar cómo sería la mejor forma de hacerlo. Pero como expliqué a la coordinadora del Estado de Amazonas, si se quiere trabajar en Atalaya, la población indígena debe estar incluida en la pastoral. Un reto más en el horizonte sobre el que seguir trabajando.
El tiempo sigue sorprendiéndonos, y yo estoy un poco cansada de la lluvia, la verdad. Se supone que después de la luna del jueves santo deberían comenzar a disminuir las lluvias, pero no ha sido así. Lleva lloviendo casi todos los días y la carretera está horrible, aunque los taxistas siguen dando servicio y circulando. A mí me parece una locura, pero agradezco que ellos tengan coraje de conducir en esas condiciones y facilitarnos la vida a los demás.
Internet está funcionando mal en el teléfono estos días, así que muchas veces no recibo los mensajes hasta que voy a la casa de los javes. No sé qué pasa, solo sucede aquí en Atalaya. Menos mal que los javerianos no tienen problema y me dejan utilizar su internet sin quejarse.
Cuidaros mucho y disfrutad de las fiestas de la comunidad y la ciudad.
Muchos besos para todos y todas,
Marta
