Abril por aquí
Hola otra vez.
Con esto de escribiros una vez al mes, se me acumulan luego los temas y no se ni por donde empezar.
Empiezo. Os cuento que después de visitar a los líderes indígenas individualmente (es muy complicado reunirlos a todos y decidí ir a su encuentro personalmente), comenzamos el refuerzo. A la reunión de organización con los jóvenes, vinieron pocos y en horarios diferentes, pero el lunes 16 de abril, que comenzamos, vinieron 11 (6 marubo y 5 mayoruna), así que fue muy bien. Este año habíamos decidido hacerlo tres veces por semana, para que no fuera tan pesado (ni para ellos, ni para mí…). Pero la alegría duró poco, los mayoruna no han vuelto a aparecer. Y esta tercera semana, sólo continúan las tres jóvenes marubo que ya participaban el año pasado.
Hablando con el líder Matis, un joven de 28 años que vive sólo en la ciudad desde hace 10 años, pude apreciar que la comunicación con los jóvenes estudiantes de su pueblo está rota y él no sabe cómo hacer. No le escuchan y no es una referencia para ellos. De momento, este tema está aparcado en mi cabeza, a la espera de que surja una oportunidad para entrar en relación con estos jóvenes y ver cómo ayudarlos, aunque es muy difícil.
Después de reflexionar, me he dado cuenta de que los indígenas no van a trabajar juntos, así que he decidido reorganizar el refuerzo. Por el momento, mi idea es trabajar los lunes y miércoles con los marubo, los martes con los mayoruna, y los jueves con los kanamari (hablé con su líder, pero no sabe cuántos kanamari están estudiando en la ciudad y si necesitan ayuda con el portugués; él cree que sí, pero antes de concretar nada, iba a hablar con las familias kanamari y pensarlo entre ellos) y los viernes hacer algo más lúdico como un filme para todos los pueblos. Hablé de esta propuesta con los líderes mayoruna y parece que les gustó, este martes empezaremos; veremos si vienen.
Aprovechando estos encuentros retomé con el líder mayoruna la propuesta de hacer algo con las mujeres mayoruna. Yo sugerí que su esposa, que es una gran tejedora, podría enseñar a hacer los tejidos típicos de su pueblo a las mujeres mayoruna más jóvenes y así ellas podrían tener algunos ingresos por la artesanía y a partir de ahí, podríamos trabajar otros temas de su interés y fortalecer a las mujeres. Les gustó la idea, aunque ahora Marcia, la esposa, va a viajar a Manaos porque uno de los nietos tiene problemas de salud, hemos quedado que, a su regreso, visitamos a las mujeres y las convocamos. Una de las hijas de ambos, que es nutricionista y ha asistido a varios encuentros de nuestra asociación de mujeres, está interesada, así que, espero que, con su apoyo, algo pueda salir.
Otra actividad que estamos viendo cómo darle forma es unos encuentros con jóvenes marubo. Un joven vino a verme la semana pasada para ver si podíamos hacer alguna cosa. Nos sentamos juntos y él propuso unas charlas sobre bullying y sobre las drogas. Así que vamos a ver lo que podemos hacer. Sé que va a ser difícil porque los jóvenes están cansados de charlas y esos rollos, pero el hecho de que uno de ellos se haya acercado y quiera intentar mover a sus amigos, me parece estupendo; ya le he dicho que no se frustre demasiado si no vienen, que es lo normal, y también le he dado alguna sugerencia para que piense qué más podemos hacer para trabajar con los jóvenes. La primera charla, aunque tenemos que ultimar muchas cosas, está prevista para finales de mayo (yo vuelvo a estar fuera de Atalaya los dos próximos fines de semana), ya os contaré cómo resulta.
Bueno, pues aquí lo dejo por hoy.
